Los de Abajo

-Nacieron en la adversidad, al lado de la amargura. Varios años cayeron como pesadas piedras, trizando las pozas del tiempo, y ahí estaban. Creciendo, sin aviso, al lado de un equipo que no ganaba y que guarecía solo con aires melancólicos. En 1988, la 'U' disputaba los últimos lugares de la serie de honor: quizás por vez primera la posibilidad de descenso estaba demasiado cercana. La Barra Oficial decaía y Eduardo Martínez, su líder, había perdido credibilidad. Un grupo de azules, descontentos con el manejo de Waldo Green en la presidencia, decidió apoyar a Darío Calderón en la elección y formar una barra alternativa. Walter, Kramer, Poldi Forlan y unos cuantos enmendaron rumbos, formando la barra 'Mis dos Amores'. Con un bombo y una inmensa bandera con el chuncho como principal motivo iniciaron su lucha. No tenían nada mas que una pasión incontrolable por el azul. El sueño de ver al equipo entre los grandes fue el verdadero y solitario motor de sus andanzas. Y fueron a todas partes durante aquel año trágico.

 Como nadie sufrieron el descenso a Segunda División y se negaron a derramar lagrimas por esa mancha en el historial. Al contrario, aquel día de enero del '89 ante Cobresal juraron que por nada del mundo dejarían al "león herido". La duda acerca del nombre de la hinchada aproblemaba a mas de alguno. Necesitaban algo que les definiera realmente, pues eso de "los dos amores" no lograba conformar. La mezcla de personas que alentaban y seguían al cuadro requería de un reflejo mas fiel, mas nítido, mas relacionado con sus orígenes y motivaciones. Y fue ahí, justamente ahí, cuando surgió "Los de Abajo". El nombre era un espejo  para sus integrantes. Casi siempre de extracción popular, los jóvenes aborrecían el sistema que les correspondía vivir. Se sentían marginado por las formas represivas que traspasaban horizontal y verticalmente al país. Instalados cerca de la reja olímpica, en el sector mas bajo de la galería, eran cómplices sociales, deportivos y geográficos. La pasión creció sin limites. Los cánticos denunciaban, incluso, que "Mas que una pasión son sentimientos". El tronar de la hinchada impactaba a todos, aun cuando las campañas de 1990 y 1991 tenían otra vez a la 'U' al borde del descenso. Ni siquiera los archirrivales podían entender un estoicismo mas parecido al de los románticos decimónonicos que al de los tradicionales y exitistas seguidores de un equipo de fútbol. El recuerdo del "Ballett", no obstante, mantenía vivos a los azules. La zurda de Leonel, la cabeza de Campos y el corazón de Marcos, generaron una magia inigualable que nadie en Chile ha podido repetir. Los de Abajo crecieron en la adversidad, en el dolor, en la desesperación, sin decaer amparados en esa herencia que llego por la boca del padre, del tío, del amigo o del vecino. Lo que ocurrió después, en la época buena, con Salah en la banca, solo vino a reforzar un vinculo indisoluble. El sentimiento en la década del '90 se duplico y el sector sur del Nacional recibió, como siempre, a miles y miles que cantaban sin cesar.
Los de Abajo nacieron para amar fielmente, sin restricciones. "Ganes o pierdas, me da lo mismo", dice la canción, y siguieron cantando hasta hoy, cuando la gloria se convierte en acompañante de este nuevo Ballet. Aunque no fueron precisamente los encargados de iniciar el fenómeno de las Barras Bravas en nuestro país (La Garra Blanca fue la primera, a fines del '87), Los de Abajo es la hinchada que mas ha influenciado a las demás en esa suerte de artesano que es alentar al equipo. Con canciones plenas de sentimiento ensalzan a su cuadro y lo alientan sin cesar: "Porque te quiero tano / te vine a ver / Porque te quiero tanto / te vine a ver / dale Bulla, tu eres mi pasión / te llevo dentro de mi corazón." Recuerdan al "Ballet" y evocan sus hazañas. "Mas que una pasión / son sentimientos que los llevo dentro / sueño ser campeón / vamos león, vamos leones / oí del Ballet / cuando era pendejo / desde aquellos tiempos que lo voy sintiendo". Las derrotas tampoco cuentan: "Aunque ganes o pierdas / a mi me importa una mierda / porque soy bullanguero / bulla bulla te quiero". Como al amor mas grande, esos de novela, sin duda.
 
La envidia de muchos equipos:
   
Llenar así el estadio